- Duración:
- Comensales: 4
- Dificultad: Fácil
Una de las partes más sabrosas de una lasaña es la bechamel. Esta crema hace que tanto la pasta como la carne quede muy suave, y el sabor sea tan característico. Cuando pruebes esta receta, seguro que no te resistes y empiezas a ponerle bechamel a muchas más comidas.
Ingredientes para preparar bechamel de lasaña
- 50 gramos de mantequilla
- 500 ml de leche entera
- 1 cucharada pequeña de sal fina
- 1 cucharada sopera de harina de trigo (más o menos unos 30 gramos)
- Una pizca de pimienta negra molida
- Una pizca de nuez moscada
Cómo hacer bechamel para lasaña
Una vez que has leído y comprobado que tienes todos los ingredientes procederemos a hacer la receta.
Toma una cazuela mediana y calienta en ella la leche. Si ves que va a empezar a hervir retírala del fuego durante unos instantes para que baje su temperatura.
En otra cazuela diferente y a una temperatura media, pon la mantequilla para que se vaya derritiendo, cuando pase esto, añade la harina.
Mientras tanto, ve removiendo la harina para que no se pegue y vaya cogiendo color. Cuando veas que esta uniforme y su color oscurece, es el momento de añadir la leche caliente del primer paso.
Sigue removiendo sin parar, sobre todo por el fondo de la cazuela para que la harina no se quede allí pegada y se queme.
Mientras sigues removiendo y calentando nuestra bechamel, ve comprobando con unas varillas su consistencia. Si ves que levantas la varilla y hay un hilito de salsa desde esta, hasta la cazuela, es que estará lista.
Añadiremos la pimienta, la nuez moscada y finalmente la sal.
Seguiremos mezclándolo todo bien para que estos últimos ingredientes se vayan repartiendo por toda la salsa.
Cuando veamos que está listo, lo sacamos y lo reservaremos para echársela a nuestra lasaña.
- Si la receta de bechamel para lasaña fácil y rápida te ha gustado, seguramente te interese ver más recetas de lasaña.
Consejos para hacer bechamel para lasaña
Si quieres que tu bechamel para lasaña, o para cualquier plato que se te antoje quede todavía más deliciosa, sigue estos simples consejos que te contamos a continuación:
- Evita que te salgan grumos en la bechamel echando poco a poco la leche a la harina. No pares de remover toda la mezcla de manera constante. Si ves que te sale algún que otro grumo, sigue removiendo, pronto se irá.
- Si no te gusta ver en tu bechamel los puntitos negros que deja la pimienta negra, buscando una estética mucho más limpia y cuidada, puedes probar a cambiar este tipo de pimientas por la pimienta blanca. Las dos sirven igual para dar ese toque a la bechamel, pero si es cierto que la pimienta blanca es mucho más suave.
- Cuando tengas la bechamel lista, no tardes demasiado en retirarla del fuego. Recuerda que esta salsa es muy espesa, pero se vuelve mucho más espesa cuando la dejamos enfriar. Con la práctica encontrarás el punto exacto que deseas para cubrir tus lasañas.
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